El respeto se hace difícil de enseñar, tal vez porque es algo que debe nacer en nosotros. ¿Quién puede obligar al respeto? Quien intente hacerlo provoca indiferencia, recelo, miedo, bronca, enfado, desafío, gracia, curiosidad, etc.
Respetar no significa estar de acuerdo, pero sí recordar que compartimos universo y pisamos la misma Tierra. El respeto es un sentimiento interno que se expresa con actitudes.
Si quieres una vida más plena intenta respetar cada día más seres y cosas pues lo que ocurrirá entonces es que te respetarás cada vez más a tí mismo. Se trata de cambiar la actitud.
¿Aun parece difícil cambiar de actitud?
Frecuenta personas a las que admires y si no puedes cambiar de grupo o ampliar tus grupos, siempre puedes encontrar lo admirable en las personas que te rodean.
Todos tienen aspectos en los que destacan y que pueden gustarnos. Simplemente se trata de “mirar dos veces”. Esa conexión será suficiente para que el respeto surja más a menudo, se hable con mayor verdad y aumente tu cooperación.
Eso nos da acceso a mundos, momentos, más lindos y sólidos.
Cuando te respetas a ti mismo ya no convives con dudas y resulta natural que valores a todo lo demás e incluso a aquellos con quienes estés en desacuerdo.
Namasté. Marisa
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