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Camino transitado

 

Nací en Misiones, Argentina, donde la naturaleza despierta los sentidos.  En 1995 obtuve mi Licenciatura en Psicología en la Universidad de Buenos Aires, mientras paralelamente llevaba adelante mi formación psicoanalítica.  Fui una de las psicoanalistas argentinas que participó activamente de la fundación de la internacional Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano tras el cisma de la Asociación Mundial de Psicoanálisis [Cf. “Actas del Rendez-vous de 1999” de los Foros del Campo Lacaniano, publicación dirigida por Marc Strauss, Ed. Forums de Champ Lacanien (2000) París]

 

Mis múltiples intereses me llevaron a desempeñarme como Perito Oficial psicóloga en Tribunales Federales, trabajar gratuitamente con adultos psicóticos en un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires, ejercer en empresas de medicina prepaga, supervisar la labor clínica de otros psicoanalistas, enseñar y coordinar grupos de estudio de psicoanálisis, capacitar en test de Rorschach y Zulliger, realizar evaluaciones psicolaborales de distinto grado de complejidad y supervisar la práctica e informes de otros evaluadores psicolaborales, asistir a consultoras de recursos humanos realizando assessment centre individuales y grupales para industrias locales e internacionales, y conducir entrevistas presenciales y a distancia.

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En el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina me formé en Investigación de Homicidios, Criminología y Ciencias Forenses.  Durante una década trabajé en una institución policial evaluando y asistiendo a miles de personas con perfiles diversos, provenientes de fuerzas armadas y policiales de todo el país.

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Fue también durante aquellos años que comenzó mi experiencia con técnicas integrativas de abordajes terapéuticos (medicina complementaria o también llamada tradicional por la Organización Mundial de la Salud) que hoy forman parte de mi práctica y mi mirada respecto al ser humano y su experiencia vital.

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Existen... algunos detalles...

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La curadora herida

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Mi andar profesional fue amplio y con laxitud narrativa podría decir que previsible hasta que fui llamada a ver más allá de los límites de mis disciplinas.  Dolorosamente tuve que abrirme a más experiencias y saberes.

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Mi cuerpo se rebeló a que desoiga sus mensajes; no quiso atender a mis razones, comencé el camino de atender a las suyas allí donde la medicina ortodoxa no tenía nada que ofrecerme.

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Defectos congénitos, lesiones, efectos secundarios

de medicamentos, incorrecto trato de profesionales del sistema de salud y estrés, fueron algunos de los ingredientes que me llevaron al cambio de visión y de abordaje sobre mi propia salud tras haberla perdido.

No fue fácil.  Incluso enfrentada a la imposibilidad de caminar emprendí a disgusto la recuperación física pues hubiera preferido que fuera mucho más cómoda (tanto que no hiciese falta!)

Hacia la escucha del Sentir

 

Cada fase del cambio es difícil cuando se abandona la huella de la manada.  Hay que desprogramarse, buscar, cuestionarse, instruirse, probar, arriesgarse, confiar en uno mismo, estar alerta para no perder el rumbo y no desoír el Sentir.

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Me encontré aprendiendo un lenguaje desconocido para mí pero conocido para mi cuerpo.  Uno que devolvía a la intuición a su lugar junto a la razón.  Descubrí que hay más cuerpo que el del lenguaje y la anatomía, hay más conciencia que la que desbroza y analiza.

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Llegaron nuevas capas de saber y formas de vivir, nuevos paradigmas, enfoques, miradas, prácticas que enriquecieron lo académico.  Llegaron Qi Gong, Reiki, aromaterapia, chamanismo, meditación, registros akáshicos, tarot, oración, creatividad… Ekman, Groff, Jung, Kübler-Ross, Waiss, Doi, Kahili King, Harner, por nombrar algunos. 

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Aprendí que lo serio, lo importante, no está en lo grave sino en lo lúdico de la vida, en el proceso continuo de amigar mente y corazón, lógica y cuerpo, razón e intuición.  Que hay un solo Camino, personal e irrepetible, pero más de una forma de tratar un asunto.  Que la dimensión espiritual, el sentir, cotiza poco en el mercado y se cree gratis.  Que hay costos ocultos tan elevados que no se cancelan con dinero.  Que aprender también es un trabajo.

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Ese sendero de integración comienza viendo hacia el interior.  No acaba con los problemas ni las aventuras pero trae un regalo.  Cada caminante tendrá sus propios desafíos en esto de actuar con sentido a los ojos de su corazón, estar en coherencia con su espíritu, aprender a ser más humano, permitirse florecer en su humanidad.

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Ver hacia el interior es encontrarse explorando, observando, descubriendo que tenemos la opción de ser quienes ya somos en potencia.  Saber que nuestros dones y habilidades le ponen magia a nuestras vidas y sabor al Sendero.  Permite apreciar que somos libres de recuperar la escucha del Sentir.

Como Caminante

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Mi misión es poner mis conocimientos, experiencia y visión al servicio de mis clientes, consultantes, y también de aquellos que aun en estos tiempos se atrevan a ser pacientes, para que desarrollen sus habilidades y su sentir, les sea más sencillo mirar en su interior y orientarse en el Camino que elijan para ir con aprecio tras lo que han soñado.  Podemos cambiar nuestro mundo cambiándonos a nosotros, la puerta siempre está allí.

 

Namasté.-

MARISA RAU / CONSULTORA / LICENCIADA EN PSICOLOGÍA

ACOMPAÑANDO EL PROCESO

PARA QUE SEAS QUIEN YA ERES

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