* Los aceites esenciales puros deben estar envasados en frascos oscuros, con el nombre botánico de la planta (en latín) y fecha de vencimiento.
* Guárdalos lejos de niños y mascotas (igual que con los medicamentos), lejos del fuego, apartados de la luz y el calor.
* Ciérralos inmediatamente luego de usarlos para que no pierdan sus propiedades. Esto es válido también para los preparados terapéuticos.
* Asegúrate de que sean puros y de buena calidad para que tengan todas sus propiedades curativas.
* Mantenlos lejos de los ojos y mucosas.
* Si haces inhalaciones directas, no hagas demasiadas seguidas para no dañar tus vías respiratorias.
* Si los usas en quemadores recuerda que el fuego disminuirá sus propiedades terapéuticas debido al exceso de calor. Lo mejor es que la fuente de calor no supere los 80°C: diluirlos en agua en hornillos eléctricos o verter unas gotas sobre lámparas de sal. También hay difusores electrónicos que no utilizan calor.
* Haz una prueba de alergia casera antes de iniciar un tratamiento tópico.
* Como norma general, no los utilices puros sobre tu piel (la lavanda y el tea tree no te traerán problemas si los usas puros siempre que no seas alérgico a ellos).
* Si los usas con frecuencia por vía tópica recuerda que requieren descanso (intervalo de tiempo sin usarlos).
* No los comas (en la escuela francesa utilizamos algunos oralmente pero se debe estar seguro de que poseen grado terapéutico para uso humano y saber cuáles pueden ser ingeridos).
* No los utilices con tus mascotas. Muchos de ellos no podrán ser metabolizados por tus animales y los estarías intoxicando.
* Asesórate respecto de sus contraindicaciones. Pregúntale a tu médico también cómo interactúan con las drogas que te haya prescripto.
* No olvides ser criterioso, como con todo en la vida. Úsalos a conciencia y responsablemente.
* Haz una cita con un #aromaterapeuta profesional ante cualquier duda. Cada persona es un mundo.
Lic. Marisa Rau
Aromaterapeuta - AADA
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