Cuando meditamos, cuando oramos (no digo rezamos que suele ser un intercambio de peticiones y promesas) con todos los sentidos, lo que estamos haciendo es hablar con nuestras células y una Inteligencia con un poder que no acabamos de entender. Es lo primero que ocurre, lo querramos o no, seamos conscientes o no. Luego si tenemos creencias espirituales conectamos eso con algo más grande. Pero sí o sí estamos hablando con nuestras células. Les estamos enviando mensajes a través de nuestros sentimientos, nuestras interpretaciones, nuestros paradigmas y ellas habilitan los intercambios químicos, eléctricos, magnéticos, etc.
Si la mayor parte del tiempo tenemos buenos sentimientos, confianza en la vida, brillamos, expresamos nuestra esencia tal cual es sin censurarla, vivimos sin neurosis, cualquiera sea el modo en que interpretemos eso... si tenemos buenos sentimientos la mayor parte del tiempo, entonces estamos en condiciones sanas.
Si se está a la defensiva la mayor parte del tiempo cada una de nuestras células lo está y se cierra a algunos intercambios (químicos también) por lo que enfermamos.
La mente nos enferma.
Es nuestra percepción, nuestra interpretación de los datos la que nos enferma si persiste en el tiempo.
No se trata de ser buenas personas para no enfermar.
Asumamos que todos somos buena gente, sigue sin explicar que algunos no se permiten brillar (o no les dejen, es lo mismo).
Este apagado, esta sofocada parte de nuestro brillo, es lo que favorece el enfermar.
Mandamos señales a nuestras células y ellas se defienden del agresor que le decimos existe. ¿Sabías que si el cuerpo confía casi no sangra durante una cirugía?
Todos vemos que el cuerpo tiene un programa de autorreparación: por ejemplo cicatrizamos sin ocuparnos de ello. El cuerpo sabe hacerlo. La Medicina Tradicional China y otras medicinas como la Ayurvédica, etc., saben que el cuerpo puede equilibrarse si se lo permitimos o le ayudamos.
Cuando cambiamos nuestra realidad gracias a la meditación, cambiamos el entorno de nuestras células.
Nuestra mente puede enfermarnos.
Si cuidamos nuestro sentir, nuestro corazón, recuperamos el equilibrio. No importa si lo hacemos con el psicoanálisis, con alguna corriente psicológica, con alguna religión, con chamanismo, con Reiki, con cualquier vía... Son Caminos para cambiar la realidad en la que viven nuestras células.
Así que mejor elegir un Camino que nos guste y andarlo para sanar y vivir mejor.
Te deseo recorras tu propio Camino!
Estoy aquí, a un click, para acompañarte en tu recorrido.
Lic. Marisa Rau
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