El bienestar integral es y será siempre un asunto privado. ¿Acaso otro puede estar bien o mal por nosotros? ¿Es algo delegable?
Hoy Infobae publicó una nota sobre la experiencia de una persona que se acostó con el dolor de cabeza más fuerte que había tenido en su vida y se despertó ciego y sordo tras un coma. Su testimonio y su interpretación son muy interesantes [1]. Dice que en el estado de aislamiento en el que quedó sumergido le fu duro enfocarse hacia adentro pero que así sanó viejos dolores. Que fue “muy vertiginoso pero el autoconocimiento fue tan profundo que volvería a pasar por lo mismo”. La frase revela que con ello ha ganado mucho.
Observar nuestra vida interior nos centra en el presente y nos equilibra. Lo anímico busca hacerse oír mucho antes de que el sistema colapse por su punto más débil si no le prestamos atención. Nuestra psique (alma) nos envía mensajes en susurros antes de que los síntomas del malestar funcionen como un grito.
Lo más caro es lo que no se paga con dinero sino con nuestra forma de estar en la vida ya que existen bienes que ni todo el dinero del mundo pueden comprar. Se puede ser adinerado y haber perdido la capacidad de disfrute e incluso a veces la autonomía física.
Ir tras lo que tiene valor y significado para nosotros propicia nuestra creatividad, nuestra gratitud, el desarrollo de nuestra intuición y de razonamientos claros. Hasta en los momentos más duros somos libres de explorar nuevas direcciones, dejar caer creencias que encadenan, trabajar sobre nosotros mismos para sentirnos en paz más a menudo.
Con conciencia o inconscientemente estamos constantemente decidiendo hacia dónde queremos ir, qué aceptamos como parte del camino y qué buscamos de la vida que nos permita abandonarla tranquilos cuando llegue a su fin.
Que tengas un lúcido, sencillo y valioso día.
Marisa
[1] La nota en la web: https://www.infobae.com/sociedad/2019/04/13/trabajaba-sin-descanso-hasta-que-aprendio-la-leccion-de-su-vida-me-acoste-con-dolor-de-cabeza-me-desperte-ciego-y-sordo/
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