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Estrés Post-Traumático


El trastorno de estrés post-traumático puede iniciarse luego de que un sujeto experimente una vivencia indigerible que divida su vida en un antes y un después. Tal vivencia debiera haber comprometido o puesto en peligro su integridad física o mental de modo directo o indirecto (cuando la vida de alguien más resultó afectada). Tras un evento catastrófico para el psiquismo puede ser que todo parezca desenvolverse con naturalidad al principio y recién tiempo después surjan síntoma que evidencien la presencia del traumatismo. Los síntomas pueden surgir en el cuerpo, los pensamientos, las relaciones, el destino... es decir la mente y el aparato anímico.


No todo acontecimiento llamado grave (por el sentido común) será traumático. Siempre habrá que atenerse al caso por caso. El trauma surge de la especial relación suceso-psiquis, lo que equivale a decir que un mismo hecho cobra un valor distinto, es un suceso distinto, para cada persona.


Algunos de los desencadenantes pueden ser: accidentes, situaciones de guerra, de ataque violento (tanto de robo como ataques sexuales), toma de rehenes, secuestros, torturas, encarcelamientos, atentados, catástrofes e incluso diagnósticos de enfermedades potencialmente mortales.


De alguna forma los afectados re-experimentan cíclicamente ese acontecimiento por lo que evitan los estímulos asociados. Esta experiencia los desborda y les impide reaccionar de modo adecuado.


La forma de re-vivenciar el hecho traumático es variada, desde persistentes pesadillas y recuerdos recurrentes, incluso de carácter intrusivo, hasta estados de conciencia en que se reviven los sucesos (la duración de estos estados es variable) y la persona se comporta como si estuviesen ocurriendo nuevamente.


Entre sus síntomas encontramos: evitamientos, "embotamiento psíquico" (disminución de las reacciones ante los estímulos externos) y "anestesia emocional" (incapacidad de experimentar sensaciones o sentimientos). También suelen manifestar lo contrario, "hipervigilancia" y sobresaltos continuos, irritabilidad, ataques de ira y dificultades para concentrarse o realizar las tareas que antes llevaban a cabo sin ningún problema.




Lic. Marisa Rau

Psicoanalista

Consultas personales y a distancia


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