En el camino de la autotransformación una de las vías posibles es Reiki.
Cuando inicio al primer nivel de Reiki suelen sorprenderse de que se pueda transmitir con masajes u otras formas que no imaginan. Claro que también se sorprenden de cómo puede percibirse físicamente una desarmonía y sin embargo, al sentirlo, se acaban las disputas mentales.
Hay personas que tienen asociada la práctica a un método de relajación porque si andamos apurados por la vida suele darnos sueño una sesión. Pero hay otros efectos de desarmonizarse que no son estar hiperactivos así que podemos sentir cosas distintas. Por ejemplo quienes padecen cáncer o sus cruentos tratamientos, se calman y se energizan.
Para una sesión de Reiki prefiero que la persona esté sentada en un banquito, al modo originario, aunque siempre está disponible la camilla. Así son más conscientes de lo que está pasando y pueden disfrutarlo con más sentidos.
Recuerdo cierta oportunidad en que una gerente de RRHH terminó volviendo a tierra de un modo muy gráfico. Su columna estaba redondeada, su cabeza a centímetros de sus rodillas y sus brazos se extendían hacia el suelo. Sabía que podía moverse para estar cómoda cuando quisiera pero al terminar la sesión me dijo que se sentía tan confortable que no tenía el menor deseo de cambiar de postura.
Cuando me piden Reiki y considero que es conveniente sumar masajes, olvidan que estoy transmitiendo Reiki con ellos. Creyendo que no tenían tensiones físicas porque nada les dolía, habían tomado otro tipo de masajes o venían del kinesiólogo, preguntan cómo supe dónde poner los dedos y descubrir dónde no sabían que les dolía. Lo siento. Siento dónde tocar, cuánto y cómo presionar, y durante cuánto tiempo hacerlo. No estoy aplicando una técnica de masajes, estoy sintiendo dónde hay desequilibrios para trabajarlos manualmente y con Reiki.
Algunas personas me piden que deje de punzarlos y debo mostrarles que apenas tengo mis dedos apoyados, que lo que están sintiendo es algo que irá pasando a medida que la zona se armonice. Luego se sorprenden de qué tan fuerte presiono cuando ya no les duele.
Un masaje no es igual al siguiente porque es como si el cuerpo se abriera capa a capa. La mayoría de las veces el masaje no pasa de las piernas pero basta para relajar hasta el cuello. Las siguientes sesiones van profundizando las anteriores: cuando algunos bloqueos se desvanecen pueden detectarse los más sutiles bajo la piel y esto lleva a trabajar una zona pequeña con muchas toxinas o seguir una línea tan delgada como un cabello que puede parecer helada o ardiente.
Las personas sensibles oyen sonidos cuando algo se desarma, otras ven colores, tienen sensaciones que desconocían y quienes hablan me cuentan cosas maravillosas ligadas a la sensibilidad que poseen o a experiencias para las que no tienen explicación. Asuntos que no se comparten a diario e incluso se olvidan.
Quien no se duerme, se abre a contar cuestiones del alma. Hasta el corazón se siente libre y se expande cuando los bloqueos se desarman.
Marisa
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